Los grabados rupestres, dado que han sido realizados en las capas superficiales de las rocas, están
expuestos, a sufrir la degradación que los agentes atmosféricos originan sobre
los mismos, así como la que es causada por la población vegetal que en ellos se
desarrolla (hongos).
De otro lado sufren otro tipo de agresiones menos naturales, que son las
producidas por el hombre. La propia expansión del poblamiento, ha dado origen a
la destrucción o cubrimiento de superficies con figuras (apertura de nuevas
vías de comunicación, reforestación indiscriminada, etc.) tal es el caso de los
grabados de Santa Bárbara, amenazados por un basurero próximo. Otra causa grave
que ocasiona el deterioro de las rocas grabadas con petroglifos, la constituye
los incendios, debido a que la mayoría de las superficies se encuentran
rodeadas de vegetación, haciendo que debido a las altas temperaturas a las que
sean sometidas las rocas se produzca el desaparecimiento de los grabados en
ellas, esto es observable en varias estaciones del área de Las Lajitas, entre
otras.
Por otra parte los visitantes ocasionales que cada vez son más, en su
contemplación tienden a marcar las superficies con diversos materiales como
vidrio, piedras, ladrillos y que van modificando lentamente el surco a fuerza
de intervenir sobre ellos, inutilizándolos para posteriores estudios, de tal
manera que los grabados pueden ser alterados con respecto a su apariencia
original.
Con este panorama parece llegado el momento, de que desde las más altas
instancias, se ataque definitivamente este tema, para que cuando menos, podamos
legar este patrimonio a nuestros descendientes en el mismo estado en que llegó
hasta nosotros.